martes, 17 de abril de 2012

SOBRE LA INVITACIÓN



Ahora son las 21:45, y es lunes. Los lunes tenemos entrenamiento de natación, tenemos calle desde las 20:30 hasta las 22:00, si ahora estoy escribiendo en vez de estar nadando es que algo pasa.
Fui a entrenar, y hasta me tiré al agua, nadé 500 metros. 3x4x25 estilos más 200 de técnica, no es nada destacable, lo que si lo es, es que mientras yo hice 300 m estilos, mis compañeros hicieron 400. Sin comentario.

Hoy por lo menos me tiré al agua, pero ya van varios días que cuando estoy dentro de la instalación, cerca del agua, sin nada que se interponga entre nosotros decido dar la vuelta para casa. Por lo menos hago el intento de ir a entrenar, tengo esa disciplina, salgo de casa aunque no tenga ganas.
Hace casi un mes que estoy en esta situación, no me cuesta demasiado ir a entrenar, pero si entrenar. Una mezcla de desgana, combinada con poca energía que se combina para producir el más letal antídoto de la motivación, la falta de disfrute.
Si no disfruto con lo que hago me cuesta mucho hacerlo, para eso esta el trabajo, pero por trabajar me pagan, por entrenar no. Si en un entreno no disfruto, y lo paso mal,  lo más probable es que lo deje.

La semana pasada llovió todos los días, obviamente no salí en bici, pero este tiempo gris, húmedo por momentos, me desanimó bastante, tanto para nadar como para correr, bueno marchar. Esta desgana de días grises,  húmedos por momentos, aunque no es muy habitual en mi, si entra dentro de las cosas razonables, y por tanto no es demasiado preocupante. Hay dos motivos que explican de una manera más convincente este estado errático en el entrenamiento. 

En está época del año, en el periodo comprendido entre mediados de enero y mayo, es cuando la bipolaridad alcanza su más evidente esplendor, por lo menos en mi biología, y para mi desdicha.
Condicione toda mi preparación de cara al Ironman 2012 para pasar esta época sin ponerme malo, me parece evidente que lo he conseguido, no creo que me ponga mal en lo que queda, pero también es evidente que no estoy bien, que llevo en fase depresiva casi un mes. No es muy evidente, hago vida casi normal, el casi es, desgraciadamente, muy perceptible para mi. El normal es para los demás.
La fase depresiva no esta siendo muy grave, aunque la gravedad depende de la importancia que se le de a los entrenamientos, y a la consecución de unos objetivos deportivos, en los cuales los entrenamientos son fundamentales.

Hay otro factor, quizá el más importante, y que al igual que otros traumatismos emocionales del pasado ha obrado con efecto retardado.
Hace cosa de 1 mes que me contestaron de Haway en relación con la invitación.
La respuesta no fue la que yo hubiera deseado, aunque no me la negaron directamente, tampoco tengo la invitación en mi poder.
Me ofrecieron participar en un concurso de vídeos que se cuelgan en una página en la red. Hay gente que quiere conseguir una invitación, y esta es la manera de conseguirlo. Los cibernautas votan los vídeos, y los más votados ganan la invitación.
En principio me sumé como parte de lo que tenía que hacer para con seguir la invitación, no me cuestioné nada más y gravé el vídeo, aunque bien cierto es que tardé bastante en hacerlo. Lo demoré considerablemente, entonces no sabía por que tardaba tanto, pues era lo más importante que tenía que hacer, ahora si lo se. Fue otra ocasión en la que el subconsciente decidió mi comportamiento sin yo saberlo.

Cuando ya tenía gravado el vídeo sentí que no debía de entrar en ese juego.
Sentí que ese camino no era el mío, yo estoy en otra situación y debo de asumirlo hasta el final.

A todo el mundo le incomoda que le roben, pero es mucho más desagradable que no le reconozcan a uno lo que es suyo.
Esto es lo que reza el punto 10 del proyecto, una vez más no se reconoce este problema de salud con todos sus condicionantes, pero encima la realidad aun es más humillante. La idea de “no por minusválido, si por simpático”, me parece humillante.
Ni eso es para mí, ni la invitación debe de seguir ese camino. La invitación debe de ser consecuencia de un reconocimiento a un problema de salud mío personal, así como de una situación de injusticia social de un colectivo. Entrar en el juego del vídeo no tiene nada que ver con esto. Absolutamente nada. Entrar en ese juego sería renunciar a lo que creo, y por lo que lucho.

La misma tarde que gravé el vídeo se empezó a incubar la siguiente carta. Ya esta debidamente traducida, eso espero, y enviada.
Tal vez no participe en el Ironman de Haway, pero es seguro que no participaré de cualquier manera. La cuestión no es participar, sino hacerlo de alguna manera, y por algún motivo.


Hace semanas, es posible que 2 meses recibí un correo suyo sobre el que le escribo.

Lo he meditado mucho, incluso he llegado a escribir el guión de un video para mandárselo, llegué a grabar el vídeo, pero no se lo envié, además, lo que creo es mucho más importante, no se lo enviaré.

Como les explique padezco un problema crónico de salud, cuya gravedad es relativa. Lo que no es relativo es que me condiciona enormemente la práctica deportiva competitiva, incluso tengo una minusvalía reconocida.
Considero que esta situación es suficiente para tener el mismo trato que otros minusválidos, para ustedes no es así, respeto su decisión aunque no la comparto.
Considero que una invitación por su parte seria un reconocimiento a todas las personas con similares problemas de salud mental, por eso es tan importante este reconocimiento en forma de una invitación para el Ironman de Haway.

Considero que conseguir una invitación como premio a mi simpatía  se aparta enormemente de la finalidad de la invitación.
Si se me invita que sea en reconocimiento a una situación de inferioridad social, en este caso en el deporte, eso es lo que pretendo,  no como premio a mi simpatía y obviando la situación medico social, por ello he decido no enviarles el video.

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